En la ciudad de Agra, estado de Uttar Pradesh, unos 200 Km. al
sureste de Delhi, India, en una curva del río Yamuna se eligió el emplazamiento
del Taj Mahal. Escrito en hindi: ताज महल (Tāj Mahal),y en urdu: تاج محل (Tāŷ Mahal), que significa "Palacio de
Corona". Ver ubicación en google maps.
HISTORIA
El príncipe Shahbuddin Mohammed tuvo una de las mejores educaciones de la
época y a pesar de la riqueza ilimitada
de su familia nunca mostró interés por la riqueza ni los intereses de esta. Un
día el príncipe se enamoró en un bazar de la princesa Arjumand, de sólo
15 años, hija del Primer Ministro de la Corte. El príncipe, impresionado por su
belleza, preguntó el precio del collar de cristal que ella se estaba probando.
Le respondieron que no era de cristal sino de diamantes y que valía 10.000
rupias. El príncipe pagó sin dudarlo y así conquistó de inmediato el corazón de
la princesa.
Pero los novios tuvieron que esperar cinco
años para casarse, tiempo durante el cual no pudieron verse ni una vez. Finalmente la boda tuvo lugar en el año 1612, con una ceremonia
espectacular, en la que el Emperador nombró a Arjumand Mumtaz Mahal, La Elegida
del Palacio. Su amada no era su primera esposa, pero sí la favorita. Pero unos años después de coronarse emperador
con el nombre de Shah Jahan, sufrió la peor tragedia de su vida. Su amada esposa
no resistió el parto de su 14ª hija. En su lecho de muerte, la reina le pidió a
su rey que construyera en su memoria un monumento sin igual en el mundo.
El emperador Shah Jahan quería construir su
propio mausoleo en mármol negro, a imagen y semejanza del de su esposa, al otro
lado del río Yamuna, y unir después ambos mediante un puente de oro. Pero no
llegó a construirse ya que el tercer hijo de Shah Jahan, después de hacerse con
el poder, encarceló a su propio padre en la fortaleza roja de Agra.
Shah Jahan murió en prisión, después de
largos años de enfermedad, contemplando desde sus alojamientos en el Fuerte
Rojo el Taj Mahal, su gran obra, monumento a su amada y refugio para el
descanso eterno de ambos. En su lecho de muerte, a los 74 años, pidió que se le
colocara un espejo para ver la tumba de su esposa. Se dice que cuando murió,
miraba el Taj Mahal.
CONSTRUCCIÓN
En memoria su mujer, el emperador contrató a 20.000
obreros para construir el que sería el mejor mausoleo del mundo y un ejemplo de
simetría. El mausoleo de Taj Mahal, tiene ese nombre en honor también a su
esposa, Mumtaz-i Mahal, cuyo nombre significa Perla del Palacio, según otras
Elegida del Palacio. El nombre del mausoleo, Taj Mahal, a veces es considerado
como una abreviatura del propio nombre de la emperatriz, pero también significa
Corona del Palacio ya que, aunque se trata de una tumba, el emperador quiso
ofrecerle a su esposa un palacio y una corona.
Veintidós años de construcción con los mejores materiales, el mármol fino y blanco de sus paredes se trajo de las canteras de Jodhpur en elefantes, jade y cristal de la China, turquesas del Tibet, lapislázuli de Afganistán, crisolita de Egipto, ágata del Yemen, zafiros de Ceylán, amatistas de Persia, coral de Arabia, malaquita de Rusia, cuarzo del Himalaya, diamantes de Golconda y ámbar del océano Indico.
No se sabe quién fue exactamente el arquitecto
del Taj Mahal. Se menciona el nombre de Ustad Isa, pero si este personaje
existió o no, es pura conjetura. Otra leyenda local dice que el emperador mató
a la esposa del arquitecto para que sintiera el mismo dolor que él quería
reflejar al construir el edificio, y que después lo dejó ciego y cortó las
manos para que nunca construyera algo igual, pero es algo que nunca se ha
podido comprobar.
PARTES
El Taj Mahal no se trata de un solo edificio, sino de todo un complejo de grandes dimensiones, rodeado por una alta muralla de arenisca roja, rodeada a su vez de jardines.
PARTES
El Taj Mahal no se trata de un solo edificio, sino de todo un complejo de grandes dimensiones, rodeado por una alta muralla de arenisca roja, rodeada a su vez de jardines.
La entrada
El recinto está flanqueado al norte y al sur por dos
sectores oblongos más pequeños: en el meridional se alza una puerta de piedra
arenisca que da entrada al complejo y algunos edificios auxiliares de finalidad
incierta; en el septentrional, paralelo al cauce del Yamuna, se levanta el mausoleo. El emperador accedía al lugar
por el río, en barca, junto con su séquito. Los demás visitantes debían entrar
por un gran patio, en el lado sur, donde se daba la limosna a los pobres y
donde, en cada aniversario de la muerte de Muntaz, se distribuían enormes sumas de dinero entre los menos
favorecidos. En el mundo musulmán, estas puertas también tenían un fuerte
simbolismo, pues representaban la entrada al paraíso: desde el punto de vista
metafísico, eran consideradas el punto de transición entre el mundo exterior de
los sentidos y el mundo interior del espíritu.
Los jardines
El complejo, alineado de norte a sur, tiene una planta
rectangular de 580 m de largo por 305 de ancho. En el centro del rectángulo se
sitúa un jardín cuadrado de 300 m, cuyo eje principal se extiende de sur a
norte, desde la puerta hasta el mausoleo. Con una extensión de 6,9 hectáreas,
fue proyectado como representación del paraíso terrenal, al estilo de los
jardines persas introducidos en la India por Babur, el primer emperador mogol. Originalmente contenían
multitud de flores y árboles exóticos, todos ellos en disposición geométrica y
perfectamente simétrica: los jardineros trabajaron con el empeño consciente de
traducir la perfección celeste a términos terrenales, siguiendo una serie de
fórmulas bien conocidas. Así, el cuatro, número sagrado en el Islam, fue la
base de todo el diseño.
Los canales, símbolo de los cuatro ríos del paraíso
(de los que, según la tradición, manaba agua, leche, vino y miel), con fuentes
y flanqueados de cipreses (que, además de dar sombra, acentúan las líneas de la
perspectiva), se cruzan en el centro formando un estanque de nenúfares en
mármol blanco, algo elevado del suelo; símbolo de alKawthar, el estanque celestial de la abundancia mencionado en
el Corán, fue concebido para que el mausoleo se reflejara en sus aguas. Cada
una de las cuatro partes que delimitan los canales está dividida en dieciséis
parterres por caminos de piedra.
Mezquita y jawab
El mausoleo propiamente dicho está flanqueado al este
y al oeste por dos edificios simétricos idénticos, la mezquita, al oeste y, al
este, el correspondiente jawab
o «respuesta». Sobre la finalidad de este segundo edificio, se ha supuesto que
servía como albergue de peregrinos, lugar de reunión de los fieles antes de la
oración; sin embargo, lo más probable es que su propósito último fuera
puramente arquitectónico, para dotar de equilibrio estético al conjunto y
contribuir a la simetría de las estructuras situadas en la plataforma.
Un alto muro con torres octogonales rodea la sección
norte y el jardín central; quedan fuera, por el sur, los establos y estancias
para los guardias. En el lado occidental, cerca de la mezquita, se sitúa un
pequeño recinto de piedra para recordar el primer lugar donde fueron
depositados los restos de Muntaz Mahal.
El mausoleo
La mezquita y el jawab estaban realizados en arenisca
roja, que contrasta con la blancura del mármol del mausoleo, elevado sobre un
plinto de mármol de siete metros de alto. Un talud de piedra protege al jardín
de la erosión del río.
De planta cuadrada, el mausoleo tiene cuatro fachadas
idénticas, con esquinas achaflanadas y un impresionante arco de 33 m de alto en
cada una de ellas, enmarcado con bandas de caligrafía en relieve. Los artesanos
que trazaron estos relieves con versículos del Corán utilizaron un truco
óptico, consistente en ir aumentando el tamaño de las letras a medida que
aumentaba la distancia, para conseguir que sus dimensiones parecieran
idénticas.
Los grandes nichos abovedados están enmarcados con
motivos florales (rosas, narcisos, tulipanes), a base de incrustaciones de
piedras semipreciosas, cristales minerales y lapislázuli, además de
inscripciones en piedra negra. Esta misma decoración se prolonga en el interior
en las enjutas de los arcos y en las bóvedas.
La hermosa cúpula bulbosa situada sobre el salón
central se levanta sobre un tambor rodeado de cuatro torres octogonales, cada
una rematada por un pequeño pabellón cupulado. La estructura interior tiene una
altura de 24,4 m y sobre ella se dispone otra cúpula exterior muy peraltada que
estiliza el perfil del edificio. El remate externo está constituido por una
aguja de latón de 17,1 m de altura. Debajo de la gran cúpula se halla la sala octogonal
del sepulcro, con grandes nichos y puertas que dan acceso a las demás
estancias, decoradas con relieves de mármol blanco, igual que los cenotafios de
Shah Jehan y Muntaz Mahal; los
auténticos sarcófagos ocupan una cripta, al nivel del jardín.
Junto a las cuatro torres octogonales, o chattri, rematadas también con
pequeñas cúpulas, se disponen cuatro minaretes, en las esquinas de la
plataforma sobre. la que se levanta toda la construcción, que completan la
armonía geométrica del conjunto. Estos minaretes tienen una exclusiva función
formal, para resaltar la composición central con la cúpula.
El material constructivo es el ladrillo forrado de
placas de mármol blanco, cuyo tono cambia según la luz del día, creando una
sutil variación que produce una sensación de tranquilidad inmaterial. La
decoración geométrica y floral, con incrustaciones de lapislázuli, coral, ámbar
y jade, enmarca todos los vanos del edificio y se completa con versículos del
Corán incrustados en piedra negra.
Declive y restauración
Una vez terminado, el Taj conservó su esplendor hasta el declive del Imperio mogol durante el siglo XVIII, cuando todo el monumento cayó en abandono. Bajo la ocupación inglesa de India en el siglo XIX, el lugar era a veces utilizado para fiestas al aire libre, en las que las bandas militares llenaban con su música el aire nocturno desde las terrazas. Fue en una de esas ocasiones cuando la esposa de un oficial declaró, contemplando el Taj: «Me moriría mañana con tal de tener sobre mí otro igual.»
Otros dos británicos son citados a menudo en relación
con el Taj Mahal, por razones buenas y malas. El primero, lord William
Bentinck, gobernador general de India (1828-1835), pretendió desmembrar el Taj
y embarcar sus pedazos hacia Inglaterra para su subasta. Afortunadamente, el
público Victoriano estaba tan poco interesado en una subasta pública de mármol
procedente del fuerte de Agrá que el proyecto fue abandonado. En cambio, lord
Curzon, virrey de India (1898-1905) fue un dedicado conservador que hizo mucho
por la restauración de los monumentos culturales indios, incluida la renovación
del Taj, con el fin de que su gloria pudiese ser disfrutada tanto por la
posteridad como por su creador.
Fuentes:
http://tejiendoelmundo.wordpress.com/2010/10/13/el-taj-mahal-el-mausoleo-que-se-construyo-por-amor/
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