Se
ubica justo en la entrada principal
de la ciudad de Conwy, a la cual
se accede mediante un enorme puente colgante. La
primera impresión, es la de adentrarse en el pasado, en el mundo de caballeros
con armadura y príncipes rescatando a princesas, todo rodeado por un increíble
paisaje verde.
El
castillo se erigió sobre una roca y está conformado por dos patios, uno exterior y uno interior (Outer
Ward e Inner Ward), los cuales se encuentran rodeados por cuatro torres cilíndricas
de 21m. de altura y 9m. de diámetro, con paredes de 4.5m. de grosor. Asimismo, los patios están separados por
una amplia muralla de piedra, de 5m. de espesor, que rodea la parte antigua de la
ciudad, y desde la que se divisan las mejores vistas panorámicas del norte de
Gales. Esta muralla cuenta con un total de ocho torres
cilíndricas.
Aunque
no se sabe con exactitud cuál fue el precio total de la construcción de este
castillo, según los estudios realizados se estima que se gastaron 15,000 libras,
lo cual es mucho para la época en que se realizó. Se dice que el Rey Eduardo
invirtió en la construcción de este castillo, más que en todo el resto de sus
edificaciones entre 1277 y 1304. Lo paradójico, de todo esto es que este
castillo sólo se utilizaba esporádicamente. En el año 1665, todas aquellas
aplicaciones elaboradas de madera, plomo y hierro que se utilizaban como parte
de la decoración del castillo se retiraron de él.
En
la actualidad este Castillo se considera como uno de los monumentos que forman
parte del Patrimonio de la Humanidad, y es un verdadero ejemplo de construcción
medieval en Galés, por su conservación y ya que se trata de uno de los
castillos más importantes de este pequeño pero encantador país.
Este
castillo, está abierto al público durante todo el año, exceptuando los días 24,
25, 26 de diciembre y el 1 de enero. Todos los demás días trabaja con ciertos
horarios establecidos, los cuales dependerán de la temporada del año. Pero para
acceder se debe de pagar una entrada de 5 libras.
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